Hay muchas cosas sobre las cuales quisiera escribir, hay muy variados temas vinculados con la simple realidad cotidiana, reflexiones e impresiones sobre el diario discurrir de la vida, es un abanico de infinitas posibilidades; sin embargo, es inevitable el impulso de hablar siempre de la política contingente del país, no es posible desvincularse siquiera un momento del ardiente enfrentamiento político que empuja a todos a tomar posición militante, simplificando la compleja realidad de Venezuela a dos bandos excluyentes e irreconciliables de la población… es la revolución del socialismo del siglo XXI, arraigada en los pensamientos de Simón Bolívar, Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora, junto con la inspiración de los mensajes de Cristo, los análisis de Carlos Marx y Engels, y por supuesto, los consejos de Fidel Castro, sabiamente integrados por el líder, el comandante Chávez.
Que emocionante fue soñar con la utopía de una sociedad socialista, sin clases sociales, sin injusticia social, construida sobre la base de la solidaridad humana y abocada al progreso del ser humano con los valores de la libertad. Sin embargo, que terrible desengaño cuando cayó el muro de Berlín y se asomó entonces, desde el otro lado de la cortina de acero, la miseria y seres parecidos a zombis que contaron terribles historias de los campos de Gulag… no estaba el hombre nuevo.
Aquí ni siquiera hay sueños, todo es una permanente pesadilla que se transforma en suplicio por las tormentas verborreicas del líder, quien ha entregado su vida a la revolución, mientras viaja por el mundo en su avión principesco y toma como suyo el dinero del petróleo que se vende al imperialismo.
Hay muchos líderes que en la historia han entregado la vida por la revolución, y los anónimos son millones, pero también en nombre de la revolución son muchos los que han acabado con vidas ajenas. No puede haber una revolución hacia la justicia cometiendo mayores injusticias y arbitrariedades, envaneciéndose con el poder y prestándose para la adulancia de muchos hipócritas oportunistas que mientras roban dicen: “Mande, mi comandante”.
He aquí mis versos:
EL LÍDER
Con el rostro iracundo le habló a la muchedumbre,
en cascada fluyeron palabras de mar bravo,
la revolución cadenas rompe esclavo,
hermanos, hablo en serio, expresó con certidumbre.
Es la tragedia que todo vuelve podredumbre,
es circo, también la locura del pravo
que amenaza barrer todo, de cabo a rabo,
pero nadie se alarma, como es ya una costumbre.
Es la locura en torno al fétido festín,
dádiva del mesías y nuestro redentor,
que nos lleva hacia el mar de la felicidad.
Mar de felicidad, es el mar de su orín,
líder y redentor, abusivo es su hedor,
trapacero maestro de la procacidad.
EL AVIÓN
Vuela el mundo, Irak incluso,
en su avión de misiones,
costó sesenta millones
de dólares. ¡Qué abuso!
Llega impúdico e intruso
para enseñar sus lecciones
de romper las sumisiones
al imperialismo obtuso.
Imperio que cada día
le compra millón y medio
de barriles para su orgía.
Ellos nutren por su predio
a cada avión arpía
que en Irak son muerte y asedio.
.
MANDE, MI COMANDANTE
Patria, socialismo o muerte.
Mande usted, mi comandante.
Más muerte por delincuentes,
vía directa a la autocracia,
para un pueblo en desgracia
por arengas estridentes
con promesas complacientes,
es su ley habilitante:
patria, socialismo o muerte,
mande usted, mi comandante.
¿Expresó: Moral y luces?
Sí, es pues el hombre nuevo,
del disidente es relevo,
siembra campos de odio y cruces
con la sangre de arcabuces,
es el medioevo avante:
patria, socialismo o muerte,
mande usted, mi comandante.
El no incurre en errores,
tiene un credo monolítico
para un propio clan político
junto a los nuevos señores,
horda más de aduladores,
cuyo aspecto es irritante:
patria, socialismo o muerte,
mande usted, mi comandante.
Es bastante el simple arrojo
no es necesario ser culto,
es el merecido indulto,
ahora sin ningún sonrojo
basta con vestir de rojo,
mi adalid, te rindo culto:
patria, socialismo o muerte,
mande usted, mi comandante.
Patria, socialismo o muerte.
Mande usted, mi comandante.
Más muerte por delincuentes,
vía directa a la autocracia,
para un pueblo en desgracia
por arengas estridentes
con promesas complacientes,
es su ley habilitante:
patria, socialismo o muerte,
mande usted, mi comandante.
¿Expresó: Moral y luces?
Sí, es pues el hombre nuevo,
del disidente es relevo,
siembra campos de odio y cruces
con la sangre de arcabuces,
es el medioevo avante:
patria, socialismo o muerte,
mande usted, mi comandante.
El no incurre en errores,
tiene un credo monolítico
para un propio clan político
junto a los nuevos señores,
horda más de aduladores,
cuyo aspecto es irritante:
patria, socialismo o muerte,
mande usted, mi comandante.
Es bastante el simple arrojo
no es necesario ser culto,
es el merecido indulto,
ahora sin ningún sonrojo
basta con vestir de rojo,
mi adalid, te rindo culto:
patria, socialismo o muerte,
mande usted, mi comandante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario