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martes, 8 de diciembre de 2009

EL TIEMPO PASA

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El tiempo fluye como agua de un río,
que a veces va tranquila a paso lento
y otras veces discurre con más brío,
impasible progresa con aliento
que emana y surte vida al sembradío,
donde hilvana momento tras momento
para que en primavera abran las flores
y en otoño agonicen los amores.

La primavera pinta de colores,
brillantes de alegría y esperanza,
jubilosa el paisaje con sus flores
que el viento arrulla en tierna y suave danza
sobre una extensa alfombra de verdores,
une belleza y tiempo en dulce alianza,
plácida se desliza a su destino
mientras giran las aspas del molino.

Pero el tiempo no pasa vanamente,
en otoño las hojas envejecen,
hojas secas del árbol decadente
marchitas por el tiempo languidecen
hasta morir en brazos inocentes
que entre calladas brisas aparecen,
implacable transforma el horizonte
vuelto oscuro paisaje y tristes montes.

El tiempo desvanece los colores,
se pierden como el humo se disipa
cuando se vuelve nada en sus blancores,
el tiempo borra todo y lo destripa,
salvo el recuerdo, junto a sus rubores,
del jardín y sus flores que emancipa
del olvido y convierte en eternas.
En mi memoria viven rosas tiernas.
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sábado, 31 de octubre de 2009

MI VIEJO PUEBLO

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Hoy en día, después de tantos años
vuelvo a ver a mi viejo caserío,
aún casas de piedra como antaño
y rústicas paredes para el frío,
que me vieron nacer lejos de extraños
y donde mi niñez fue un largo estío
con el cuido y abrigo de mi madre
y también el resguardo de mi padre.

Me detengo a mirar en la distancia
todo parece igual, el tiempo es nada,
ahora es como ayer cuando mi infancia
como si nada hubiese en la mirada
de las casas de cálida fragancia
que invitan como plácidas moradas,
que se abrazan trenzadas y se estrechan
con sus rojizas tejas que la techan.

Nadie se ve en el pueblo, nadie asoma,
sólo un perro holgazán cruza impasible
mientras vaga sin destino en la loma
de donde todo el pueblo está visible
y se respira el dulce y suave aroma
que alimenta mi espíritu sensible,
mientras embelesado en mis recuerdos
titubeante avanzo a pasos lerdos.

Viene a lo lejos una melodía,
es grácil vuelo de unas mariposas
aliento a primavera, es la armonía
de la música alegre de las rosas
que entona una canción de lozanía
y me lleva a mi infancia silenciosa
de quimeras perdidas en la senda
que el tiempo me alejó de mi vivienda.

Frente a mi viejo pueblo está el pasado
me envuelven los recuerdos de mi hogar
pintado de humildad de lado a lado
y pleno de modestia familiar,
una pequeña casa del poblado
y en el fondo un fogón de cocinar
donde hacía mamá el sabroso pan
que disfrutamos juntos al samán.

Siento las callejuelas empedradas
como si fuese ahora el niño en juegos,
piruetas y carreras alocadas,
travesuras ingenuas sin sosiego,
saltando por los muros con espada
tal como caballeros palaciegos
junto a mis amistades e ilusiones
de ser héroe que vence a los dragones.

Eran así mis sueños infantiles
de ficciones fantásticas del mundo
y aventuras de jóvenes gentiles,
justiciero de éxito rotundo
y mis admiradoras de por miles,
mientras en mi caballo iba errabundo
cual Quijote valiente y soñador
desafiando a molinos con furor.

Los molinos de viento muchos fueron,
todos los enfrenté en tiernos sueños
y después otros más también vinieron,
desafíos que exigen más empeño,
pues como oscuras sombras acudieron
para obligar a un rudo desempeño
por el progreso en sendas de la vida
que transité por nadie bendecida.

Un día falleció mi viejo padre
y sufrimos su ausencia y desamparo,
comprendimos lo qué es volverse pobre,
tan pobre que lo digo con descaro,
pero estuvo el tesón de nuestra madre
que fue en la adversidad calor y faro,
entregada al trabajo de costuras
nos crió con sacrificio y su bravura.

Así llegó el momento de partir
y buscar diferentes horizontes,
la posibilidad que el porvenir
pudiese ser mejor que en este monte,
sentir la gran ciudad para surgir
con terco esfuerzo, pero sin aprontes,
hasta sentir la vida en plenitud
y la paz personal como virtud.

No fue nada sencillo batallar
desde el mismo interior de la ciudad,
como nave que lucha contra mar
cuando parece un monstruo de crueldad,
con el riego que invita a naufragar
quizá hasta la profunda oscuridad
donde se pierden sueños e ilusiones
que ayer del alma fueron bendiciones.

Sin embargo, mayor fueron las ansias
de avanzar hacia el logro personal,
muchos años de gran perseverancia
para una formación profesional
que dichoso logré sin arrogancias,
comprometido a dar mi aporte social
e ir hacia las auténticas respuestas
de la vida consigo mismo honesta.

Premio maravilloso es mi familia
que logré en el camino de la vida,
a nuestras ambiciones reconcilia
y consuela las lágrimas vertidas
por dolores que nadie más auxilia
ante la adversidad incomprendida,
son los lazos de sangre que se sellan
por siempre y que en lo íntimo destellan.

En primavera flores emergieron,
florecieron y dieron las semillas
de vida que mis huellas imprimieron
junto a mi flor color de maravilla,
es mi legado que ángeles ungieron
con la más bella estrella que amplia brilla,
mis hijos, el orgullo de mi vida
continuarán después de mi partida.

La vida es como un barco que navega
en el inmenso mar sin freno alguno,
deja una estela blanca que al mar siega,
son huellas que en el tiempo yo desuno
en mi olvido y que el viento las disgrega,
tal como se diluye en aire el humo,
pero queda el recuerdo en lo profundo
del alma y dejo frutos para el mundo.

Orgulloso logré una descendencia
que quería llevar hasta mamá,
hijos y nieto frente a su presencia,
ya compartir la mesa no será
ni habrá ocasión por causa de su ausencia
en su descanso eterno más allá,
la impotencia me alivia este tormento
hasta que polvo sea para el viento.

Madre mía, de espíritu bendito,
de noble corazón y alma sencilla,
nos dijiste adiós desde el infinito,
para siempre te fuiste a eterna villa,
no estar contigo fue mi gran delito,
no podía llegar a la capilla
que doblaba por ti los carillones;
una lágrima rueda mis facciones.

Van pasando los años, ellos vuelan,
volando con el tiempo allí se van,
así las canas blancas ya revelan
que es hora de pensar en el diván
y ver lo que los sueños más anhelan
para reconciliar mi propio afán
de volver a mi viejo pueblo amado
y sentir mis raíces en sus prados.

La brisa fría envuelve el caserío,
soledad en las calles cubre todo,
el pueblo abandonado está vacío
las casas derruidas en el lodo
se pierden en ambiente tan sombrío,
pocas luces se ven desde el recodo,
siento se desdibujan los paisajes,
ya no puedo rendirte un homenaje.

- ¿Qué te pasa, por qué solloza abuelo?
- Abuelo estás soñando, despiértate.
- No llores más - decía con consuelo
la voz de mi pequeño a mi rescate,
fue mi nieto, a mi sueño puso el velo,
ilusiones sin fuerzas para embate,
sufrir en mis recuerdos a mi pueblo
es mi destino... mientras ya no vuelvo.
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martes, 8 de septiembre de 2009

JUAN SOLDADO

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(Basada en una leyenda de Coquimbo)

Cuentan que la ciudad de La Serena
era en su origen como linda rosa,
en un valle cubierto de azucenas
de siempre primavera candorosa,
y con su gente de almas nazarenas
que llevan sus pecados temerosas,
mientras el río canta con violines
sus claras aguas bañan los jardines.

Estaba en un lugar cerca al actual
y en las proximidades de esa villa
vivía un mozalbete muy jovial,
buen mozo y encendidas sus mejillas,
aunque muy pobre, apenas lo esencial,
él llevaba su vida muy sencilla
en su humilde vivienda, hogar dorado,
a donde le decían Juan Soldado.

Un día Juan Soldado conoció
la más hermosa flor de aquel jardín,
joven beldad de quien se enamoró
colmado del aroma de jazmín
cuando el amanecer los envolvió
junto a la melodía de un violín,
hicieron votos para siempre amarse,
decidieron huir para casarse.

El padre de ella, un avaro cacique,
opuesto al matrimonio de su infanta,
al sonar de campanas en repique,
furioso se lanzó a la iglesia santa
para echar la ciudad completa a pique
con sus guerreros de ímpetu que espanta,
y juraba matar a los amantes
que el cura bendecía tolerante.

Ocurrió que el cacique y sus guerreros,
cuando al galope raudo a la ciudad
cruzaban los suburbios más que fieros,
al pasar de la niebla a claridad
estalló la sorpresa y desespero,
la ciudad se borró de la realidad,
recorrieron el campo con farolas,
pero tan sólo habían amapolas.

Dicen que en ciertas noches luz de luna
en el sitio del pueblo se oye misa,
música y las canciones para ayuna,
a lo lejos visible se divisa
y se borra, y no queda huella alguna,
excepto desde el mar la suave brisa
que recuerda el romance aventurado
de la joven hermosa y Juan Soldado.
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jueves, 13 de agosto de 2009

IMPURO

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27 “Habéis oído que antes se dijo: ‘No cometas adulterio.’ 28 Pero yo os digo que cualquiera que mira con codicia a una mujer ya cometió adulterio con ella en su corazón. 29 “Por tanto, si tu ojo derecho te hace caer en pecado, sácalo y échalo lejos de ti; mejor es que pierdas una sola parte del cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. 30 Y si tu mano derecha te hace caer en pecado, córtala y échala lejos de ti; mejor es que pierdas una sola parte del cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Mt 5,27-30

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La angustia interna te abruma
tu alma es aciago tormento
que escondes en el convento
y disimula la bruma
que se esparce como espuma,
son tus pecados oscuros.

Tú juraste celibato
abstente de actos impuros.

Es la ley que Dios ordena,
es el sexto mandamiento
sobre actos y pensamientos
que te dieron la condena
que arrastras a duras penas
con vergüenza atrás los muros.

Tú juraste celibato
abstente de actos impuros.

El sermón de la montaña
dice: el que con la mirada
una mujer es ansiada,
a su corazón engaña.
Has pecado y así empañas
tu propia alma y tu futuro.

Tú juraste celibato
abstente de actos impuros.

Si tu ojo derecho peca
te lo arrancas y lo arrojas,
como árbol que pierde hojas
que el otoño vuelva secas,
y no ardas con una mueca
en las llamas de sulfuro.

Tú juraste celibato
abstente de actos impuros.

Si proviene tu pecado
desde la mano derecha,
te la arrancas y desechas
y tu cuerpo habrás salvado
de que no sea arrojado
al infierno prematuro.

Tú juraste celibato
abstente de actos impuros.

¿Dime, con qué ojo pecaste?
¿Fue el ojo izquierdo o el derecho?
De qué lado importa el hecho
¿Y con qué mano pecaste?
Quizá, acaso te salvaste,
con el izquierdo es seguro.

Tú juraste celibato
abstente de actos impuros,
al menos no los cometas
nunca con tu ojo derecho
que ese dejará maltrecho.
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sábado, 11 de julio de 2009

DIALOGO CON MI SOMBRA

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- ¿Por qué me miras, sombra?
Dije atónito frente a mi silueta
que proyecta sutil la luz violeta
de una tarde brumosa,
mientras lenta me sigue en la cadencia
de mi lánguido andar de penitencia
por una senda rústica y fragosa.
En respuesta se queda silenciosa.

- ¿Y qué pretendes, sombra?
Indagué sin salir de mi sorpresa
por esa situación rara y traviesa,
insólita y molesta.
Sentía su expresión llena de dudas
como si ella ocultara estar desnuda
con un supuesto gesto de protesta.
Sin embargo, el silencio es su respuesta.

- ¿Que quieres saber, sombra?
Atiné a preguntar estupefacto
sin atender lo absurdo de este acto
que incrédulo presencio.
Mi sombra, compañera de mi vida,
siempre fiel y jamás entrometida,
nunca pide cariño ni desprecio.
Pero, otra vez responde con silencio.

- ¿Quieres libertad, sombra?
Pregunté ante el fatal destino suyo,
mi esclava que inconsciente la apabullo,
en cambio, yo soy libre,
mas la sombra en la noche se diluye,
muere en la nada adonde lenta fluye,
cuando amanece es otra vez visible.
Su respuesta es silencio incomprensible.

- ¿Quieres mis noches, sombra?
Sentir la oscuridad en su derroche
de toda libertad sin un reproche.
Sin embargo, mi amiga,
en la noche los sueños nos apresan,
las alucinaciones embelesan
y lenta nos consume la fatiga
Nada dice, el silencio ya me intriga.

- ¿Dónde quieres ir, sombra?
Supongo que pretendes a mi mundo
de realidad y sueños errabundos,
quizás ya estoy soñando
y la vida no es más que una ilusión,
es un sueño, sombra de una invención
Maldita sombra, no sigas callando
¿Por qué en silencio estás sonriendo?
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jueves, 18 de junio de 2009

ESA COPA

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Esa copa colmada
es savia derramada de la noche
en las negras tinieblas del derroche,
cual traicionera riada
que desborda la vida y huele a muerte,
copa perversa, trae mala suerte.

No bebas de esa copa
su bebida es efímera alegría,
fugaz y frágil, como flor de un día,
regocijo que arropa
en fiesta de unos dioses de mentira
con seductora música de lira.

Deja esa oscura copa
donde el alma zozobra como nave
a la deriva, pauta sin su clave
y que ciega galopa
para huir sin sentido a parte alguna,
evasiva del mundo y la fortuna.

Esa copa provoca
delirio y una risa ya vacía,
va de la euforia a la melancolía,
luego seca la boca
y queda siempre el ansia de beber
hasta el amargo trago sin placer.

Hijo, deja esa copa,
esa copa te escapa de la vida,
te deja a la deriva de una huída
que nunca al cielo topa.
Bebe el agua cristal de tu molino,
hijo mío, no temas al destino.
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miércoles, 13 de mayo de 2009

EL MURO

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Mis sueños de un jardín maravilloso,
con sus flores de múltiples colores
que pintan sus aromas y rubores,
son mi ilusión de un valle venturoso.

Una vez hubo un muro que celoso
resguardaba un jardín de amplios verdores,
muchos pensaban que eran los mejores,
cubiertos de los vientos peligrosos.

Tras el muro esperanzas se sembró
en corazones rojos de carmín.
Florecerá una rosa en Jericó

Pasó un día que el muro se cayó
y no había ningún bello jardín.
Sueños es lo que el viento se llevó.
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jueves, 19 de marzo de 2009

LA NOCHE

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En la intensa oscuridad
de la noche triste y fría
vagan sombras de agonía
que perturban sin bondad.

Esta noche misteriosa,
sin estrellas y sin luna,
tiene el miedo su tribuna
y hiere el alma que solloza.

Insensibles ya los ojos
no perciben a la muerte,
la ruleta de la suerte,
que recoge los despojos.

Es la noche la tristeza
que se extiende sigilosa
como niebla rencorosa
que recubre de maleza.

El paisaje se degrada
en la bruma tenebrosa,
y la vida que borrosa
se diluye en la nada.
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martes, 10 de marzo de 2009

GABRIELA MISTRAL

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Lucila Godoy Alcayaga,Gabriela Mistral, nació en Vicuña, Chile, el 7 de abril de 1889. Su padre, maestro de escuela primaria, se llamaba Jerónimo Godoy Villanueva ysu madre Petronila Alcayaga Rojas.

El 10 de diciembre de 1945 recibió el Premio Nobel de Literatura de manos del Rey Gustavo V de Suecia. Con este galardón se convierte en el primer literato latino-americano en ser premiado con el Nobel. En 1951 obtuvo el Premio Nacional de Literatura, Chile.




Maestra de maestras,
con su alma campesina
habló en letras sencillas,
poetisa de poetas.

Llegó en cauce de plata
de un valle entre montañas,
de la humilde Vicuña
hasta el mar que aquilata.

Y más que al mar, al cielo
todo alcanzó en su gloria
de insigne trayectoria
del más precioso vuelo.

Fue profeta en sus montes
sólo después que el orbe
el Nóbel le otorgare
por pluma de altas dotes.
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sábado, 21 de febrero de 2009

OLVIDO

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El desierto florido
se disuelve en la nada,
fugaz y delicada,
sólo deja el recuerdo del olvido.

Como un beso perdido
de un amor traicionero,
sólo queda un anhelo,
libertad en la senda del olvido.

Aunque débil y herido
mirando al horizonte,
se deja atrás el monte,
es ésta la venganza del olvido.

Rencor no es el motivo,
es ansia de armonía
que deslice los días,
por esto se perdona en el olvido.

No obstante, incluso cuerdo,
de torpe mis empeños
ocurre que en mis sueños
si más te olvido, más yo te recuerdo.
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viernes, 6 de febrero de 2009

INSTANTE ETERNO

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El canto de las olas en la playa,
las caricias del mar a la honda arena
y los brillos del sol pintan la escena
que en mi íntimo recuerdo eterna encalla.

La memoria muy vívida detalla
esa hermosura plácida y serena,
es cuando aquel instante es vida plena
como si fuese desde una atalaya.

He subido a la cima cauteloso
y vi en la lejanía anacarada
las luces de tus ojos candorosos.

Mi recuerdo cobija como nada,
como dulce susurro silencioso,
la magia de tu cálida mirada.

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miércoles, 21 de enero de 2009

ANSIEDAD

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Como dóciles olas que acarician la playa
con su eterno vaivén de la danza del mar,
ellas vienen y van, son mis sueños sin par
de quimeras ansiosas que mi silencio calla.

Es como aquel silencio desde un alta atalaya
cuando en el horizonte se observa al sol trepar,
día tras día al alba sube al cielo a besar
y con bellos destellos nunca, nunca desmaya.

Son ansias de volar, ansias de libertad
para extender las alas y nada más vagar
por los amplios espacios de sutil vastedad.

Que la luz llene mi alma, mustia de soledad
sedienta de ternura en su hado singular,
y aflore pulcro el éxtasis de la felicidad.

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jueves, 15 de enero de 2009

SONETILLO

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Si débil me ves caer,
no te preocupes por mí
y aparta tu frenesí,
solo es el atardecer.

Ya no es lo mismo que ayer
cuando el día era rubí
con adornos carmesí,
y no se puede volver.

Déjame que tome aliento
sonriente te quiero ver
solo con mi pensamiento

Si me ves desfallecer
deja que me lleve el viento,
viene ya el anochecer.
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lunes, 5 de enero de 2009

LA DAMA DE LA PLAYA

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(Buque escuela alemán Cecilie Herzogin)
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(Poema basado en una leyenda de Coquimbo)
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Esta leyenda es una bella historia,
es la historia de un amor eterno
que registra mi pueblo en su memoria,
con la huella de un romance tierno
y ansia de inspiración tan ilusoria,
en sueños de verano y de invierno
a orillas de la playa en la bahía,
y que tiene en el mar su melodía.

Cierta vez la alegría en la ciudad
quedó en suspenso cuando la noticia
de la guerra en Europa fue verdad.
Se inundaron los pueblos de codicia,
la sangre se vertía con crueldad
en las lejanas tierras de impudicia,
la guerra fraticida se expandió,
puesto que todo el mundo enloqueció.

Entonces mi país, más pacifista,
se declaró formal nación neutral,
así entonces quedó anclado a la vista
buque escuela alemán de su Naval
en extraña aventura no prevista
para cadetes de alma tan jovial,
cuya galantería cautivó
las jóvenes al ritmo del rondó.

Un día una muy bella jovencita,
cabellos de oro largos y sedosos,
llena de la dulzura más bendita,
conoció a estos cadetes misteriosos
y un sublime romance se hizo cita.
Al borde de la playa, candorosos,
ocultaban su amor bajo la luna
testigo del idilio sin tribuna.

Entre brisas marinas discurría
el idílico amor de juventud,
pero él consideró una noche fría
que el deber de soldado era virtud,
entonces a la guerra partió un día
y prometió volver con prontitud,
un suave beso fue su juramento
que siempre le llevaba a ella el viento.

A la orilla del mar llegaba ilusa
y puesta al horizonte su mirada,
pero él no regresó, ni hubo excusa.
Un día amaneció sin marejada
flotaba inerte el cuerpo de la musa
que hizo del mar su última morada,
vestida muy elegante de verano
y un pañuelo de seda en una mano.

Unos dicen que en noches de la luna
hasta la playa llega una carroza,
fineza y elegancia de ninguna,
y desciende una dama tan hermosa
que sólo verla es una gran fortuna,
mira al gris horizonte recelosa
y regresa después a su carruaje
que se pierde en la noche del paraje.
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