.
27 “Habéis oído que antes se dijo: ‘No cometas adulterio.’ 28 Pero yo os digo que cualquiera que mira con codicia a una mujer ya cometió adulterio con ella en su corazón. 29 “Por tanto, si tu ojo derecho te hace caer en pecado, sácalo y échalo lejos de ti; mejor es que pierdas una sola parte del cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. 30 Y si tu mano derecha te hace caer en pecado, córtala y échala lejos de ti; mejor es que pierdas una sola parte del cuerpo y no que todo tu cuerpo sea arrojado al infierno. Mt 5,27-30
.
La angustia interna te abruma
tu alma es aciago tormento
que escondes en el convento
y disimula la bruma
que se esparce como espuma,
son tus pecados oscuros.
Tú juraste celibato
abstente de actos impuros.
Es la ley que Dios ordena,
es el sexto mandamiento
sobre actos y pensamientos
que te dieron la condena
que arrastras a duras penas
con vergüenza atrás los muros.
Tú juraste celibato
abstente de actos impuros.
El sermón de la montaña
dice: el que con la mirada
una mujer es ansiada,
a su corazón engaña.
Has pecado y así empañas
tu propia alma y tu futuro.
Tú juraste celibato
abstente de actos impuros.
Si tu ojo derecho peca
te lo arrancas y lo arrojas,
como árbol que pierde hojas
que el otoño vuelva secas,
y no ardas con una mueca
en las llamas de sulfuro.
Tú juraste celibato
abstente de actos impuros.
Si proviene tu pecado
desde la mano derecha,
te la arrancas y desechas
y tu cuerpo habrás salvado
de que no sea arrojado
al infierno prematuro.
Tú juraste celibato
abstente de actos impuros.
¿Dime, con qué ojo pecaste?
¿Fue el ojo izquierdo o el derecho?
De qué lado importa el hecho
¿Y con qué mano pecaste?
Quizá, acaso te salvaste,
con el izquierdo es seguro.
Tú juraste celibato
abstente de actos impuros,
al menos no los cometas
nunca con tu ojo derecho
que ese dejará maltrecho.
.
La angustia interna te abruma
tu alma es aciago tormento
que escondes en el convento
y disimula la bruma
que se esparce como espuma,
son tus pecados oscuros.
Tú juraste celibato
abstente de actos impuros.
Es la ley que Dios ordena,
es el sexto mandamiento
sobre actos y pensamientos
que te dieron la condena
que arrastras a duras penas
con vergüenza atrás los muros.
Tú juraste celibato
abstente de actos impuros.
El sermón de la montaña
dice: el que con la mirada
una mujer es ansiada,
a su corazón engaña.
Has pecado y así empañas
tu propia alma y tu futuro.
Tú juraste celibato
abstente de actos impuros.
Si tu ojo derecho peca
te lo arrancas y lo arrojas,
como árbol que pierde hojas
que el otoño vuelva secas,
y no ardas con una mueca
en las llamas de sulfuro.
Tú juraste celibato
abstente de actos impuros.
Si proviene tu pecado
desde la mano derecha,
te la arrancas y desechas
y tu cuerpo habrás salvado
de que no sea arrojado
al infierno prematuro.
Tú juraste celibato
abstente de actos impuros.
¿Dime, con qué ojo pecaste?
¿Fue el ojo izquierdo o el derecho?
De qué lado importa el hecho
¿Y con qué mano pecaste?
Quizá, acaso te salvaste,
con el izquierdo es seguro.
Tú juraste celibato
abstente de actos impuros,
al menos no los cometas
nunca con tu ojo derecho
que ese dejará maltrecho.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario