Vino tinto y empanadas,
arpa, acordeón, guitarras,
y un embrollo de ramadas,
todo el mundo está de farras.
Es la fiesta en la pampilla,
con música y volantines,
cabritos a la parrilla,
y no pocos borrachines.
Llega con la primavera,
las fiestas patrias celebra,
acampado en la ladera
el pueblo la noche afiebra.
También es la comida
un festejo entre fogatas
sobre leyendas de la ida
de sanguinarios piratas.
Entre añañucas y quiscos
se disfruta al aire libre,
paisaje de mar y riscos
consigue que el alma vibre.
Y se vive la alegría
con ilusas caminatas
para encontrar algún día
los tesoros de piratas.
2 comentarios:
¡Excelente...muy bueno!
Lindo poema primo, que buen ingeniero de las palabras....pero la Pampilla ya no es esa que tenemos en nuestro recuerdo !!!las fotos preciosas , sobre todo mi gorda y pensar que fue niña jajajajajajajajaja besitos y saludos a todos...y todas...
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