Cuando la noche, mientras yo dormía,
me invadió la vivencia de este sueño,
un jardín de magnífico diseño
me envolvía y tu rostro sonreía.
Así es, estabas tú con tu alegría,
entonces en mi mano fue una rosa
la que pusiste tierna y generosa,
joya que guardaré con mi poesía.
Caminamos tomados de la mano,
sentí tu cercanía y el aliento,
aliento de vida y luz de verano.
Me desperté de este encantamiento
y ya no estabas tú, te busque en vano
y en mi mano la rosa, te lo cuento.
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