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Rescate de los 33 mineros de AtacamaDe mano con la muerte bajo tierra
padecieron la angustia del infierno,
en la profundidad del fuego eterno,
infelices de una vida perra.
Si ya la mísera vida es un tormento,
como el Sísifo eterno en pena loca
condenado a subir inmensa roca,
es injusto feroz padecimiento.
En las profundidades enterrados,
con sus vidas en brazos del terror
en desquiciado encierro del horror,
sufrieron cruel destino inusitado.
Cuando ya resignados a la muerte,
una luz emergió de la negrura,
un mágico milagro en noche oscura
debido a los caprichos de la suerte.
Escapados de infierno cruel y hambriento
felices miserables del desierto,
un poco más de vida al descubierto,
mientras espera el Diablo virulento.
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